jueves, 12 de junio de 2014

Te he deseado desde mi primer respiro


Y ahora, entre esta tierra seca y sin sabor, en este sol que quema mi piel y la expone ante todo, te mostrare los colores de la vida, que no existe el color gris, y que el calor del sol solo nos funde aun mas. Mis vestidos serán nuevamente limpios y mi piel quedara con el mismo brillo de siempre. Porque te he entregado mi alma, como lo había deseado desde mi primer respiro. Y ahí estoy, en tu corazón, soñando que vivimos de la mano, y que hacemos temblar al universo con nuestro sentimiento. Nunca dudes de la realidad, pero sienteme en cada paso que des y descubrirás cosas nuevas que jamas habías sentido, mas yo igualmente las sentiré contigo. Sienteme y escúchame. Eres mi primer pensamiento y el ultimo. Ahora vuela conmigo, volemos alto y seamos libres.

Miss A.
Mostrándote cuan real soy. 

miércoles, 11 de junio de 2014

Hombres danzantes en mi cuerpo



Necesitaba relajación. Mi día había estado de bomba, y mi cabeza no daba para mas. Daban las siete de la noche y una buena ducha podía ser la solución. Salí muy relajada, desnuda, caminando entre las sombras de las paredes que me rodeaban. Solo las estrellas que se colaban por las ventanas eran testigos de mi piel, piel serena y ardiente, que escondían secretos y placeres aun sin descubrir. Llegue hasta mi habitación, encendí el fuego para llenar el aire de aromas a mango, y comencé a leer un dulce relato, entre las cálidas y azules sabanas de mi cama. A cada palabra que leía, mi piel entera se erizaba. Me sentía ahí, entre esas letras, siendo yo quien era seducida, siendo yo a quien tocaban. 



El espirito del autor se apodero de mi, y mis manos comenzaron a descender, sobre mis pechos, sobre mi vientre, hasta profundizar entre mis piernas. Mis ojos se paseaban entre cada linea, mientras mi corazón se agitaba y mis labios se humedecían. Mis dedos tomaron vida propia, convirtiéndose en pequeños hombres de danza erótica. Bailaban entre mis pliegues y por instantes parecían susurrar mi nombre. Un pequeño riachuelo brotaba de mi sexo, blanco, espeso, aplacando el aroma de mangos, e invadiéndome. Cerré mis ojos ante ese extravagante y exótico olor, y mordí mis labios para ahogar un gemido. Estaba llegando al final de la historia, mi corazón parecía desbocarse, mientras mis dedos seguían moviéndose cada vez mas fuerte, mas profundo en mi carne. Para cuando termine de leer, mis pezones clamaban por una boca que pudieran domarlos, y mis dedos empapados por la miel se habían acomodado perfectamente dentro de mi sexo. 


Otros dedos se añadieron, haciendo círculos en mi monte de venus, bailando alocadamente, arrancándome el aire y apoderándose de mi mente. Mis dedos convertidos en hombres danzantes, entraban y salían de mi, todos al mismo ritmo. Se aferraban a mis paredes, se bañaban en mi sudor mezclado con mis flujos. Mi sexo comenzó a gritar, cantando melodías mientras se abría y se cerraba, y mi boca abierta jadeaba sin poder articular palabra. Entonces mi cuerpo se tenso, preparándose para la dulce muerte momentánea, y entre un grito de placer puro, y convulsiones mezcladas con sudor, mi cuerpo estallo, haciéndose uno solo con el universo, siento completa y única en ese espacio y tiempo. Caí rendida, sin fuerzas, con mis manos bañadas en aceite puro y fragante, mis piernas inmóviles, mi cuerpo aun temblando, y mi mente en total quietud. Luego de algunos minutos, sentí que regresaba del viaje. Entonces le mande una sonrisa al viento, para que le llegara al causante de mi orgasmo, y le dejara el mismo aroma de mi cuerpo.

Miss A.

martes, 10 de junio de 2014

En el borde de tu cama

Lee con mucha calma estas letras...

Cuando llegues a tu habitación y te sientes al borde de tu cama para relajarte unos segundos, abre tus ojos y concéntrate. Voy a llegar a ti, y te daré mi alma, mi cuerpo, mi deseo intenso. Abriré mi cuerpo, mis secretos, mis piernas para que tus ojos me vean, disfrútalo. Mira bien como mis fluidos comenzaran a salir de mi sexo, y escucha como te susurra. 


Has conmigo lo que desees. Esa noche es para ti. Mientras mi cuerpo tiembla al sonido de tu voz, yo me quedo quieta, solo sintiendo como mi piel responde, pues tu bien sabes como adoro tu voz, tu bien sabes como mi corazón late, mis sentidos se agudizan y mis mejillas se sonrojan. Usa tus manos, tus dedos, y tócame, juega conmigo, mojame aun mas, y penetra mi carne con dulzura. Todo es para ti, sin restricción.


Cuando veas que mi sexo comienza a hincharse, y de el fluyen manantiales calientes y desbordantes, y escuches como jadeo tu nombre, y suplico la liberación, entonces arráncame el grito mas absurdo. Hazme montar sobre ti, para romper tus caderas mientras quiebro las mías al hacerte el amor. Apriétame fuerte, muy fuerte. Ahogare nuestros gritos en mi boca, mientras te invado con mi lengua, caliente y como serpiente.  Y cuando el vértice de nuestro placer se acerque cada vez mas, y mi sexo se contraiga duramente mientras te sostengo, corrámonos juntos entre gritos y gemidos feroces, sin importar quien escuche esta noche.  


Ahora cierra tus ojos y respira...
Yo volveré por ti.

Miss A. 
Con deseos intensos... 

domingo, 8 de junio de 2014

El País De Las Maravillas

Y Alicia decía...

Esta noche tengo deseos de caminar por el país de las maravillas, y ahí, encontrarme con tus manos, ocultas entre las hojas, sentir como me tocas y entregarme a ti, entre flores y olores de rosas. Dejaré que me perviertan tus tallos, y las ramas juguetonas que intentarán penetrar entre mis piernas. Sabes que yo las abriré para ti? Sabes tu que te deseo muy dentro, tan dentro hasta fundirme contigo y llenarte de florecillas de colores? Usa tus montes y abarcame por completo, inundame con tu agua fresca y yo beberé de ella. 



Miss A. 
Pervirtiendo suavemente tu mente...

La ducha de los deseos

Tom había tenido un día bastante agotador. Entre llamadas y escritos, citas pendientes y almuerzos, había terminado con una fuerte tensión sobre sus hombros. Y cuando al fin llego la noche, pudo darse su dulce espacio en la ducha, lugar donde se despoja absolutamente toda carga, y el tiempo parece correr sin castigo sobre tu cuerpo. Desnudo su cuerpo para entrar bajo las cascadas de agua pura. Amoldo la temperatura a su gusto y solo así se sumergió de cabeza. El agua relajante caí por su cabeza, aplacando sus más agotadores pensamientos. Su piel comenzaba a relajarse del todo. Pero hacía falta algo más. Él lo sabía, necesitaba aquellas manos, aquella voz. La necesitaba a ella. Cerró sus ojos unos instantes mientras el agua continuaba cayendo en su piel, tratando de evocar aquella imagen que tanto rondaba por su mente en los últimos días, pero que muy dentro de su corazón andaba buscando por mucho tiempo. Volvió a abrir sus ojos, jadeando muy suavemente aquel nombre dulce para sus labios. Dejo caer la cabeza hacia atrás, cuando dos manos femeninas se posaron sobre sus hombros. Tom lo sabía, sabia a quien pertenecían aquellas manos. Cerró sus ojos momentáneamente, alabando a los altos por dejarla manifestarse en aquel espacio. 

Tom sentía su tacto, como sus delicadas y suaves manos presionaban un poco para aliviar aquellas tensiones. Ella empujo sus manos un poco hacia el frente, y el aprovecho el momento para tomarlas y llevarlas hasta su pecho. Los pechos de ella quedaron pegados a su espalda, y el podía jurar que aquellos cálidos y redondos pechos estaban con los pezones erguidos. Sonrió para sus adentros, y entre el vapor de la ducha y el sonido del agua se giro para contemplar a su diosa, su musa. Aquella pequeña criatura de ojos negros y cabellos rebeldes lo miraba con una mezcla de deseo y miedo, una mezcla alucinante y poderosa, que hacían a los hombres caer de rodillas. Pero ella no deseaba tenerlo así, ella solo deseaba darle placer, sacarlo de la realidad y llevarlo a lugares donde solo la mente puede ir. Ella le sonrió, algo tímida y nerviosa, pero sus ojos lo decían todo, y Tom sabía muy bien que ella estaba totalmente entregada. Ella doblo sus rodillas, sin apartar la vista de los ojos de Tom. Sus manos comenzaron a acariciar los muslos de su amado, rozando con sus uñas suavemente al descender, y los jadeos que salían por la boca de él solo le provocaban mayor placer. Ella sabía hasta donde quería llegar, a la dulce puerta de la locura, donde explotan los éxtasis y de ellos emanan ríos de azúcar y sal. Con los ojos aun abiertos acerco su boca a la punta rosada y ya gruesa de su amado. Saco solo la punta de su lengua, y sosteniendo la mirada hacia él, lamio con delicadeza. 

Un gemido profundo escapo de Tom, llenando el baño y provocando ecos y surcos en el vapor. Ella se excito al ver su reacción, y con más ímpetu abrió su boca para deleitarse en el saber de aquella punta gruesa y dulce. Sonrió al sentir unas pocas gotas de un flujo espeso, y cerro sus ojos mientras lo tragaba. Sus pupilas se dilataron, y su sexo, mojado ya por la excitación, se abrió ante aquel sabor. Abrió mas aun su boca y absorbió todo aquel camino de lujurio, todo en su boca. Se sentía llena, sus labios totalmente alrededor del sexo de su amado, y la punta llegándole hasta su garganta. Pero ella lo deseaba, y quería aun más. Mientras Tom gemía y jadeaba, acariciando sus cabellos, ella movía su cabeza, al frente y atrás, a la vez que su lengua hacia círculos dentro. Del sexo de ella comenzaban a caer gotas perladas, que parecían convertirse en un pequeño riachuelo blanco sobre el suelo de la ducha. Estaba muy excitada, y el ver el rostro de su amado la motivaban aun más. 

- Dulce pequeña mía, ¿qué has hecho de mi? Soy tuyo totalmente.

Las palabras de Tom retumbaron en su mente, como eco imparable, y en un ataque de lujuria y desenfreno, aferro su mano al rededor de aquella vara dura y grande que albergaba en su boca y la comenzó a mover sin detención. Cerró sus labios sobre él, lo saboreaba, lo absorbía, lo disfrutaba, mientras su propio cuerpo gozaba de aquel placer. Miro a los ojos de Tom, y vio su cara contraída, leyó de sus labios algunas palabras inentendibles mientras echaba su cabeza hacia atrás y con más fuerza y ahínco movió su mano y su boca, llenándose toda de él. Tom no se pudo resistir más, y estallo como un volcán en erupción, llenándole toda la boca mientras se desbordaba por la comisura de los labios de ella.  La miro desde la altura, con ojos de ternura y deseo insaciable, y la vio sonreír satisfecha.

- No te vayas aun, por favor- le pidió en un susurro mirando al cielo.

Pero cuando abrió sus ojos para deleitarse en aquel sueño hecho carne, ya se había marchado.


Miss A.
Escribiendo para ti,
esperando sentir tu deseo...

miércoles, 4 de junio de 2014

Cuidador de mis pétalos


No se a cuantas delicadas flores saliste un día a recoger. Tampoco se bien si de alguna te encariñaste. Pero llegaste a mi como el rocío de la mañana, elevando mis pétalos y mostrando su belleza. Cuida bien de mi si decides hacerme crecer. Abundame con tu agua, fresca y clara para calmar mi sed. Y cuando llegue la hora de partir, que debas regresar a tu hogar, lleva contigo un pétalo de mi, guardado en tu mano. Enmarcalo sobre tu escritorio, ese donde guardas tantos secretos y logros, y recuerdame con dulzura, con fragancia de rosas rojas.

Miss A.
Dejando regalos...

martes, 3 de junio de 2014

Risos de oro

By: Ben Newman

Risos de oro se ha comido la sopa, y ahora tendrá que vérselas con los osos...

Miss A.
Deseando comerme toda tu sopa

Con mis ojos abiertos te sentí

Mi cuerpo dormía plácidamente, acomodado sobre las suaves sabanas de mi cama, respirando lentamente el aire fresco de mi habitación. Mi mente soñaba contigo, por primera vez. Pero era un dulce sueño de amigos. Hablábamos mientras reíamos, junto al viejo restaurante frente al mar. El salitre entraba por mi nariz, y aun recuerdo ese olor muy intenso. El sonido de las olas del mar apenas se distinguía, pues tu y yo estábamos muy centrados en nuestra conversación. Las personas pasaban a nuestro lado, enajenados de la magia que ocurría entre nosotros. Podía oír el sonido de unas melodías, suaves pero muy alegres, mas no escuchaba lo que me decías, solo un "te deseo" de vez en cuando. Mis mejillas se sonrojaron, y justo antes de besarme desperté de aquel dulce sueño. Pero desperté porque tu me tocabas, habías viajado hasta mi. Entraste por mi ventana y te colaste hasta mi cama. Con mis ojos abiertos te sentí, tus manos acariciaban mis mejillas bajando hasta mi barbilla, la elevaste solo un poco, estoy segura que lo hiciste para mirarme bien. El calor de tus dedos erizaron mi piel, y un jadeo intenso fue arrancado de mi pecho. Eres mía, dijiste y te marchaste.


Y ahora espero que vuelvas, para sentir que esto si fue real, que llegaste a mi y me acariciaste. Solo te pido que al entrar, me lleves contigo a tu mundo, y me muestres los colores que aun nadie me ha mostrado.

Miss A.
Deseando volver a sentir...

lunes, 2 de junio de 2014

Dame un beso tuyo



Miss A. 
Deseando jugar con tu boca

Miss A.

Un día ella se perdió en el camino, la dejaron sola, usada y marcada. Tanto, que jamás volvió a ser la misma. Se recuperó con su amigo el tiempo e invitó a los secretos de la noche para entrar a su vida. Su alma se convirtió en fuego, mas su cuerpo parecía de hielo. Ella ya no era suya, mas tampoco de nadie. Se dio cuenta de como las personas la observaban, a veces con deseo, a veces con envidia. Falló en el proceso, y dejó que la ingenuidad e inocencia hicieran de las suyas y educaran sus días, tal vez con mas ácido de la cuenta.

... Por eso hoy me resguardo tras esta piel, este álter ego que sacia tus sentidos y a mi me vuelve tan solo en un sueño. Hoy dejo a aquellos que intentan dañarme o usarme, sentados en su propia mierda de mentiras y los rodeo con mi juegos. No se dan cuenta que soy yo quien me divierto, soy yo quien bailo sobre el fuego con los pies descalzos. Los dejo creer que me usan, cuando soy yo quien los pervierto en sus oscuros rincones. Esos lugares tan perversos que casi rayan en el pecado. No tienen la cara para hablar de erotismo, cuando ni siquiera saben como seducir la mente. Soy Miss A, esa mujer que esta escondida en tu cabeza y te susurra pasiones al oído mientras duermes. No vengas a mi si crees que podrás atraparme, pues yo no soy mía pero tampoco de nadie. No intentes jugar conmigo si no sabes las reglas, tampoco si tu mente tiene restricciones. Este es mi mundo, lleno de laberintos y puertas. Tal vez a cada paso te lleves una sorpresa.

Un guiño para quienes sienten celos de mi, pues los celos son solo amor y envidia al mismo tiempo. Y un beso muy cálido para quienes me guardan en secreto en sus mentes, siendo capaces de bajar al infierno y aun así dejarme escondida como las sombras.



Miss A
Con total naturalidad sonriendo en tu rostro
mientras expulso el aire de mis pulmones. 

domingo, 1 de junio de 2014

Serpentearé sobre tu piel sin tocarte



Serpentearé sobre tu piel sin tocarte. Sera una aventura hacerlo, un dulce juego de seducción. Te aseguro que para cuando mi piel roce la tuya, sentirás la electricidad correr por todo tu cuerpo, hasta licuarse en las partes mas profundas de ti. Descubrirás conmigo un mundo nuevo, veras que no hay limites ni fronteras. Te llevare muy lejos, a ese lugar donde el mar no es azul y solo esta pintado de pasión. Te haré el amor como nadie en tu vida lo hizo, y desearas amarrarte a mis caderas y no salir jamas. Corromperé todos tus sentidos, hasta jurar que te has cruzas con mi rostro en las calles. Y todo sera para ti, cada gota de sudor derramada, cada grito desgarrado desde mis entrañas, todo mis gemidos suplicantes, ahogados en tu boca, todo sera mi regalo para ti. No tengas miedo, ni dudes al susurrar mi nombre. Ahí estaré, muy cálida entre los brazos de la noche, bajo la luna de tus ojos y la brisa y el aroma de tu cuerpo.








Miss A.
Reclinada sobre la silla
Seduciendote con mis manos

Rompecabezas


Aun no encuentro las piezas que faltan...

Manos De Hombre



Manos De Hombre


Grandes y fuertes para trabajar. Suaves y cálidas para tocar. Quiero esta noche sentirte. Deseo sentir tus manos recorrer mi piel sedienta, navegando sin prisa en estos mares ávidos y desesperados. Ven y calma mi ansiedad. Calientame y hazme arcilla en tus manos, para luego darme forma como solo tu sabrás hacerlo. Moldea mis caderas, al vaivén de las tuyas. Afina mis pechos, bajo esas manos tuyas que tanto placer me producen. Suaviza mis piernas al roce de tus labios, y con tu voz hazme estallar desde lo mas intimo de mi alma, descargando todo mi fuego sobre ti, entregándolo todo para ti.



Miss A
Absolutamente seducida