lunes, 8 de junio de 2015

Sexo y agua

Una tarde de enero, en esos días de mucho calor, decidimos salir mi esposo y yo buscar un lugar donde estar, donde poder refrescar nuestros cuerpos. No paso mucho tiempo cuando en el camino vimos un lugar donde había como un lago. Se llama "el moncholo", acampamos en ese lugar y estábamos los dos sólo. Mi esposo tuvo la idea de llevarme al agua, pero no era para refrescar mi cuerpo precisamente porque nos agarró unas ganas tremendas de hacer el amor. Tanto el cuerpo de él y como el mío estaban recalientes. El mientras me besaba apasionadamente, ponía sus manos sobre mis nalgas apretándolas como nunca y en el momento menos esperado sentí como su dedo índice se metía en mi ano y el otro en mi vagina. Fue una sensación de furor terrible.

Me llevó a la costa del agua, nos acostamos en la arena y comenzó a besarme todo el cuerpo hasta llegar entre mis piernas. No me dejó de besarme el clítoris hasta que llegué al orgasmo. Luego agarró su pene y me lo puso en la boca y no me dejaba casi respirar. Te juro que nunca hicimos el amor de esta forma pero me gustó.

Después de que le chupe bien sus huevos empezó a cogerme brutalmente, pero a la vez sensible por mi cola. Me gustó tanto que no paraba de gemir y eso hacía que mi esposo se volviera más salvaje. ¡Me dio sin para 35 minutos y fue lo más loco que hice fuera de mi casa!

La chica que me mandó su relato me ha preguntado que si me gustó...
¡Pero claro que me gustó, nena! Gracias por compartirla conmigo.



La chica del boliche

Un sábado en la noche fui al boliche con amigos y entramos al lugar a eso de las tres de la madrugas. Estaba repleto de gente el lugar, no entraba ni un alfiler. Fuimos a la barra a pedir unos tragos, yo como de costumbre pedí un tequila, luego prendí un cigarro y mientras lo hacía paso ella frente mío, una flaca bien blanca de cabellos negros, tenía un hermoso cuerpo que cualquiera desearía llevarla a la cama. Mire bien hacia donde se dirigía y paró en una ronda no muy lejos donde estaba. Recogí mi vaso y fui hacia ella, me acerque y le dije a oído: "sin duda eres la mujer más bella que he visto en toda la noche" Ella me miro y sonrió, entonces tome de su cintura y despacio comencé a bailar con ella. Yo atrás la apoyaba mientras ella se dejaba llevar por el movimiento de mi cuerpo pegado al de ella.

Le pregunté cómo se llamaba y ella me dijo: "Paloma". Le respondí: "Ok, me gustaría estar en un lugar de más privacidad contigo”. Ella tomó mi mano y me llevó  a un lugar preparado para parejas que está dentro del boliche, el lugar VIP. Ella solo me miraba, entonces tome su mano y le dije que me moría por besar sus labios, ¡que si lo hacía iba a tocar el cielo con las manos! Ella me dijo que no me precipitara, q tenga paciencia, yo le dije que no aguantaba las ganas de besarla. Entonces me acerqué y tomé sus labios con mis dientes, no la mordí fuerte pero le hice entender que estaba loco por llevarla a la cama. Estuvimos 15 minutos en ese lugar dándonos besos apasionados acompañados por mis manos recorriendo sus senos.

Hasta que la saque de ahí y la llevé a un telo que queda cerca del boliche. Cuando entramos a la habitación comenzamos a desnudarnos de una manera desesperada como si alguien nos apuraba. Entonces tomé su cuerpo semidesnudo y la llevé a la cama dejándola al borde de la misma, tenía una tanga roja muy sexy. Eso me excitó mucho, tanto que agarré y se la corrí con mis labios y dientes y pasé mi lengua sobre los labios de su vagina hasta llegar al clítoris y ahí me detuve por un tiempo. Ella gemía como gata en celo hasta que no aguanté más y para que se callara un poco puse mi pene en su boca haciendo la pose del 69. Me chupo hasta lo huevos. Yo mientras lamia su rica vagina le ponía un dedo en su culo y eso hacia que la enloqueciera peor y me decía: "Por favor ponemela ya, dale mi amor cógeme por donde quieras".

Entonces ella se puso boca para bajo dejando su cola arriba. Por Dios q pose más rica. Yo como un toro enceguecida le entre a dar por el culo con todo. La hacia gritar de placer. Con mis manos agarraba su cabello y la domaba como a nadie.

Después de 15 minutos de cogerla en esa pose le di vuelta y le hice chupar mi pija un buen rato, después la hice sentar sobre mi verga bien dura haciendo que temblaran sus piernas de tanto subir y bajar hasta que pegó un grito diciendo: "ay que rica paja". Eso hacía que aumentaran más mis ganas de acabarle todo por el culo, pero me aguanté hasta que ella acabo. Y cuando lo hizo yo me masturbe en su cara y le acabe en la boca. ¡Me chupó todo y se tragó hasta mi semen!

Una vez que terminamos no bañamos juntos y nos fuimos de vuelta al boliche... después nunca más la vi.

He aquí otro relato mas gracias a uno de mis lectores.

jueves, 4 de junio de 2015

Mi cuerpo

Maldita sea este deseo! Me esta quemando por dentro, lentamente. Dios... porque hoy? Tengo la piel demasiado sensible a cualquier roce. Mis pechos, que vergüenza. Están mas agitados que de costumbre, y ni hablar de mis pezones, están tan duros que me duelen. Se marcan por encima de mi pequeño vestido porque no llevo sujetador. A quien se le ocurre no llevar sujetador en una fría mañana como esta? Ni siquiera se porque. Y vamos, ni hablar de mi vagina. Tengo el coñito tan mojado, que ya creo que debería cambiarme las bragas. Maldita sea! Porque hoy? Que he hecho para merecer esto? Estoy hecha gelatina. Me tiemblan las piernas, y ni siquiera he logrado cruzar la puerta! Que voy a hacer ahora con todo esto. Si tan solo me dejara caer en el sillón, abrir mis piernas un poco, aunque fuera tan solo para... rozarme. Pero yo no quiero solo mis dedos, ni escuchar solo mi respiración. Yo quiero una polla entre mis piernas. Que me llene por completo, que bombee con fuerza dentro de mi. Yo quiero la suya, la que de tan solo recordar la marca de sus venas me hacen correr. Ahg! Que hago? Me quedo en la casa un par de minutos mas o me voy? Lo necesito, le necesito, y se que el no recuerda ya mi nombre. Pero... no importa! No me importa, joder!

10 minutos después... Vale, no lo pude resistir.


Miss A.
Solo fantaseando

Mi amiga R

Veras, llevo ya muchos años con mi esposo y tenemos algunos hijos. A estas alturas ya se puede decir que vivimos por convivencia y rutina. Y para mi esta algo bien así, ya no soy tan joven ni el tampoco, y comenzar una vida de nuevo creemos que es algo casi imposible de lograr. Pero cada uno tenemos ciertas necesidades que nos resulta difícil de congeniar. Por ejemplo, el es un hombre que le gusta ser constantemente dominado en la cama. Mientras que a mi me gusta mucho que tomen el mando. No se realmente como es que hemos durado tanto tiempo, y ya casi ni recuerdo la primera cita. Creo que... fue porque teníamos el mismo norte en aquel entonces. Yo nunca le he sido infiel a mi esposo, y estoy casi segura que el a mi tampoco. Pero eso es algo que lo dejare en plano de duda por ahora. Mis amigas siempre me recomiendan que nos divorciemos, o que simplemente tenga alguna aventura, algo de una noche pasajera. Pero aunque parezca absurdo, aun creo en la fidelidad y el respeto. Una vez que eso se pierda, todo se transforma en una debacle. Yo no tengo mucha experiencia sexual, apenas tuve dos novios y solo con uno de ellos tuve sexo. Para mi ya es una tarea casi imposible el explicarle a mi esposo lo que necesito y me gustaría que el hiciera de vez en cuando, pues el solo me dice "si, si, claro, esta bien", pero acaba haciendo lo de siempre. Tengo la opción de separarme y vivir como soltera, o buscar algo fuera de casa. Pero ya sabes, nosotras las mujeres todavía estamos siendo muy discriminadas en esos temas. Nos llaman putas por cualquier tontería, o nos miran raro por ser muy abiertas en lo que deseamos. No te escribo esta carta para que soluciones mis problemas. Tal vez esto sea solo un desahogo. Pero ha pasado mucho tiempo ya, así que... que opinas? Ah, y se totalmente sincera, ya no me sorprenden las opiniones como antes (lo digo en el buen sentido)

Un saludo,
Señora R

Mi respuesta para mi amiga R:
Siéntate y piensa con la cabeza bien fría si aun amas a tu esposo. Evalúa todo, cada acto, sentir, pensamiento, esfuerzo. Te daré mis dos opciones. Si lo amas, debes presionarlo hasta la muerte y hacerle entender tus necesidades. Se astuta, a veces algunos los hombres se vuelven superficiales con la edad (sin ánimos de ofender a ningún hombre que me lee, seamos sinceros con nosotros mismos, y dije algunos, que conste) Si el no entiende eso, debes recordar que la mujer no es una maquina de parir, no es una sirvienta del hogar, ni mucho menos tenemos la obligación de mantener una relación por el que dirán o por unos hijos a quienes se ama (cosa que sucede muchísimo, pero si lo piensas bien, los hijos tienden a sufrir mas al ver unos padres ausentes que al verlos separados pero felices), por lo tanto te aconsejo que tomes la decisión, luego de pensarla muy bien, y rehagas tu vida, te llenes de todo cuanto puedas de cosas que te hacen muy feliz y plena. Y si encuentras que ya no lo amas, pues la respuesta es muy simple, no tengas miedo, a nada. El mundo de hoy esta lleno de opciones y oportunidades.

Se muy feliz, para eso estamos aquí, para amar, ser amados y muy felices.
Un beso y gracias por llegar a mi.
Miss A.

Apuesto a que así te gustaría estas, no? A mi también ;)

sábado, 30 de mayo de 2015

Quiero recordarte como la ultima vez

La mascara que tengo que usar día a día me están agotando las fuerzas. Ya no se quien soy, ni cual sera mi futuro. Todo es tan incierto. No creas, amor, que me he olvidado de ti tan fácilmente. No quiero mirarte, no quiero escuchar tu voz, porque se muy bien que si lo hago, toda mi coraza se caerá al suelo, y me sumergiré en un profundo dolor por tu partida. Maldigo el día en que te fuiste y me dejaste tan sola, maldigo las pocas fuerzas que se te escaparon de las manos. No. No quiero ni siquiera observar por la rendija de tu ventana si estarás despierto, porque llorare, desconsoladamente. No estoy lista para ver tu partida tan cual fue. Quiero recordarte como la ultima vez, sonriendo, seduciendo. Quiero que tu rostro se quede grabado en mi memoria, que tus palabras se queden frescas en mi piel, y así poder seguir caminando en esta tierra de hipócritas e ineptos. Necesito que tu nombre se quede con el dulce saber que tienen tus labios, y que tu voz retumbe en mi consciencia alimentado mis deseos mas ocultos. No puedo ahora... no puedo ni siquiera recitarte un poema. No puedo mirar la luna y recordar que tu también la miras. Solo te quiero conmigo, en mis pensamientos. Dejarte ahí hasta que ya no pueda respirar mas. Tan solo tu recuerdo y yo. Y quiero de nuevo recordarte como la ultima vez, amándome, aunque estés tan lejos de mi.

Miss A.
En el silencio de los que sueñan...