Necesitaba relajación. Mi día había estado de bomba, y mi cabeza no daba para mas. Daban las siete de la noche y una buena ducha podía ser la solución. Salí muy relajada, desnuda, caminando entre las sombras de las paredes que me rodeaban. Solo las estrellas que se colaban por las ventanas eran testigos de mi piel, piel serena y ardiente, que escondían secretos y placeres aun sin descubrir. Llegue hasta mi habitación, encendí el fuego para llenar el aire de aromas a mango, y comencé a leer un dulce relato, entre las cálidas y azules sabanas de mi cama. A cada palabra que leía, mi piel entera se erizaba. Me sentía ahí, entre esas letras, siendo yo quien era seducida, siendo yo a quien tocaban.
El espirito del autor se apodero de mi, y mis manos comenzaron a descender, sobre mis pechos, sobre mi vientre, hasta profundizar entre mis piernas. Mis ojos se paseaban entre cada linea, mientras mi corazón se agitaba y mis labios se humedecían. Mis dedos tomaron vida propia, convirtiéndose en pequeños hombres de danza erótica. Bailaban entre mis pliegues y por instantes parecían susurrar mi nombre. Un pequeño riachuelo brotaba de mi sexo, blanco, espeso, aplacando el aroma de mangos, e invadiéndome. Cerré mis ojos ante ese extravagante y exótico olor, y mordí mis labios para ahogar un gemido. Estaba llegando al final de la historia, mi corazón parecía desbocarse, mientras mis dedos seguían moviéndose cada vez mas fuerte, mas profundo en mi carne. Para cuando termine de leer, mis pezones clamaban por una boca que pudieran domarlos, y mis dedos empapados por la miel se habían acomodado perfectamente dentro de mi sexo.
Otros dedos se añadieron, haciendo círculos en mi monte de venus, bailando alocadamente, arrancándome el aire y apoderándose de mi mente. Mis dedos convertidos en hombres danzantes, entraban y salían de mi, todos al mismo ritmo. Se aferraban a mis paredes, se bañaban en mi sudor mezclado con mis flujos. Mi sexo comenzó a gritar, cantando melodías mientras se abría y se cerraba, y mi boca abierta jadeaba sin poder articular palabra. Entonces mi cuerpo se tenso, preparándose para la dulce muerte momentánea, y entre un grito de placer puro, y convulsiones mezcladas con sudor, mi cuerpo estallo, haciéndose uno solo con el universo, siento completa y única en ese espacio y tiempo. Caí rendida, sin fuerzas, con mis manos bañadas en aceite puro y fragante, mis piernas inmóviles, mi cuerpo aun temblando, y mi mente en total quietud. Luego de algunos minutos, sentí que regresaba del viaje. Entonces le mande una sonrisa al viento, para que le llegara al causante de mi orgasmo, y le dejara el mismo aroma de mi cuerpo.
Miss A.
" Nunca pretendí irrumpir en su cuarto, mis viajes se hacían delicias por descubrir, mi mente divagaba entre sábanas revueltas, pero cada letra que pronunciaban sus labios mojados por el deseo, me hicieron comprender que mis relatos se colaban por las ventanas abiertas de quienes me leían.
ResponderEliminarAl sentir el aire citrico que escondía ese cuarto en particular, esa fragancia a mango que expelía el aire tibio de la chimenea, me fué encerrando entre sus mamparas y coartando mi largo viaje invitandome a reposar en el tibio sofá que se extendía a un lado de la chimenea. Un aire de humedad lo cubrió todo cuando se abrieron las puertas de cristal que separaban el baño de la habitación, y entre bahos de vapor, un cuerpo moreno color canela se dibujo entre vaporosas ilusiones, unos ojos oscuros miraron el fuego de la chimenea, y sin pensarlo, dejó caer la toalla para quedar desnuda en la tibia habitación... nunca vió mi silueta tendida en el sofá, más su mente me traía dibujado entre sus dedos, boceteado entre sus senos turgentes y brillosos que acompañaban, la dura belleza de sus pesones, quienes alentados por su imaginación, fueron pintando mi rostro y cuerpo entre sus manos...tan desnuda como había salido del baño, se tendio entre las suaves sabanas revueltas en su cama de altos respaldos, de nogal color, y de suave tectura. Sus dedos fueron despertando el cuerpo mojado, su vientre a temblores, fue dibujando su piel en claros granos como la piel de un ave, y sus labios empezaron a copular despertando gemidos suaves y acompasados al ritmo de sus manos... yo estaba convertido en un muñeco de marmol ante tan bella imagen, y hacia mis adentros clamaba porque sus piernas se separaran, hasta que por fin, y quizas guiada por mis pensamientos, develaron en suave ademán, su sexo, que empezaba a supurar miel y licores que nacían justo en la parte más profunda de su ser, provocado por el más intenso de mis relatos escrito para ella. Sus dedos brillaban al caer la luz que reflejaba las llamas de la chimenea, .... sigue en www.nectares.blogspot.com
Algo estalló en mi mente despertándome en el acto, fui solo una sensación, como un lejano siseo, ¿sería el sonido de un beso?... entonces la vi, era ella, Rose, fue solo como un flash, una instantánea que me iluminó por entero y que me hizo desear estar ahí... en esa habitación apenas iluminada por el fuego de una exigua chimenea. Solo fue un flash, como una alucinación, sin embargo, no pude por menos desear estar allí y abrazarme a esa imagen lujuriosa y feliz que reposaba desnuda y en su lecho... continuará.
ResponderEliminarGabriel... ha vuelto.
ResponderEliminarhttp://www.nectares.blogspot.com/2014/06/en-mi-jardin.html
ResponderEliminarQUE DANZARINES QUE SON ESOS HOMBRES, JEJEJE...
ResponderEliminarEXCITANTE.... UN BESAZO ANDREA!!!