martes, 10 de marzo de 2015

Volante humedecido

El tapón de las tres de la tarde era tan descomunal como de costumbre. Pero Gabriela manejaba tranquila, mirando de vez en cuando los retoños que llevaba a cargo. Ellos no eran conscientes de lo que ocurría entre las manos de su madre; se limitaban a jugar y hablar. Las piernas de Gabriela estaban mas juntas que de costumbre, pero nadie lo sabia, solo ella... y el hombre que la provocaba justo al otro lado de la linea telefónica. Jamas había tenido un orgasmo en el auto, nunca se había corrido en un lugar tan pequeño y en movimiento, y la sola idea la excitaba. Es que es algo muy difícil de hacer- pensaba mientras manejaba. Y al parecer, su amante podía leerle los pensamientos, pues ante su silencio, le pidió muy dulcemente que juntara mas sus muslos, y se frotara lentamente. El pobre asiento estaba demasiado caliente, y si no fuera porque ese día Gabriela llevaba bragas bajo su falda, lo hubiese mojado todo... o quizá mas tarde recibiría recompensa.


Miss A.

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