Sentada a la orilla
del río te escuche llegar
Venias a paso lento,
seguro de lo que me darías
Pero yo no lo sabía
Solo miraba fielmente la
luna
Como cada noche
me apetecía observar
Mi piel reaccionó al más
leve roce de la tuya
Cuando te sentaste justo
a mi lado a observar la luna
Pensaba que irías a
conversar conmigo
Pero solo te limitaste a
mirarme
Y fue entonces
cuando caí en el hechizo
Como un esclavo que
clama por agua
Mi
cuerpo pedía a gritos por tu cercanía
Ese mínimo espacio
en donde solo existe tu aliento y el mío
Juntos, ahogados en un
mismo vacío
Hasta olvidar que existe
el mañana
Y bajo el claro de luna
me besaste
Fundiste tus labios a
los míos
Llevándote todos
mis suspiros
Tu alma se ligo a
la mía
Para
nunca mas marcharte
Miss A.
Con dulces deseos por besar tiernamente
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