El descubrió su punto débil, y se aferro como la hiedra, cual serpiente buscando a su presa. Pero ella era mas que eso. Decidió usar sus tácticas, y la sedujo para platicar "mas tranquilos... sin ruidos" Y la llevo a un camino solitario y silencioso, donde al fin tuvo el placer de escuchar su melodiosa voz de forma pausada y serena. Pero ella volvió a escabullirse.
No teniendo mas opción, Sebastian se echo a dormir. Y el recuerdo de la voz de la leoparda lo asalto de forma abrupta. En medio de la noche, el susurro de su nombre lo acariciaba, el nombre de esa felina salia suavemente de sus labios, mientras sus manos intentaban ejercer el poder necesario. Necesitaba liberación, necesitaba sentir las manos de ella, suaves y tersas. Su necesidad era tan grande y tan severa, que casi sentía sobre su piel los besos de una boca sin rostro, y olores a frutos silvestres y miel.

Miss A
Para mi amigo Sebastian.
COMO NO CAER ANTE UNA GATITA ASÍ???
ResponderEliminarUN RELATO MUY SENSUAL.
UN BESAZO ANDREA SOTO!!!