domingo, 1 de junio de 2014

Manos De Hombre



Manos De Hombre


Grandes y fuertes para trabajar. Suaves y cálidas para tocar. Quiero esta noche sentirte. Deseo sentir tus manos recorrer mi piel sedienta, navegando sin prisa en estos mares ávidos y desesperados. Ven y calma mi ansiedad. Calientame y hazme arcilla en tus manos, para luego darme forma como solo tu sabrás hacerlo. Moldea mis caderas, al vaivén de las tuyas. Afina mis pechos, bajo esas manos tuyas que tanto placer me producen. Suaviza mis piernas al roce de tus labios, y con tu voz hazme estallar desde lo mas intimo de mi alma, descargando todo mi fuego sobre ti, entregándolo todo para ti.



Miss A
Absolutamente seducida

9 comentarios:

  1. Todo está dicho...excelente descripción.

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  2. Esta noche... no te encierres, voy en alas de la prosa... a seducirte. Mis manos solo serán el instrumento, tú, las notas musicales.

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    1. No hay duda, Franki, tu azúcar esta muy elevada jajaja Tu sabes que adoro siempre tus letras.
      Besitos de fresa, corazón.

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  3. NO SE PERO POR ALGUNA RAZÓN ME HA DADO POR PENSAR EN LA ALFARERIA, JEJEJEJEJE....
    UNAS LETRAS MUY SENSUALES Y ERÓTICAS, Y YA VA EMPEZANDO A HACER CALOR,,, :P
    UN BESAZO ANDREA!!!

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  4. Alfarería.. vaya... que buen punto =^.^=

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  5. http://don-juan-de-marco.blogspot.com/2009/07/del-gitano-jesus-y-sus-manos.html ALGUNA VEZ HABLE DE MIS MANOS.... ESTO ES PARA TI ANDREA

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  6. "Muchas mujeres deseaban al gitano. Mientras el golpeaba el cobre con su martillo, para convertirlo en ollas... Su cuerpo brillaba al sol, uno tras otro los golpes en el noble metal, hacían sudar el cuerpo, mientras las mujeres detrás de las carpas, entre las telas, lo miraban con deseo. Sus músculos se dibujaban en su piel, se endurecían, y las fragancias de sudor, el olor del tabaco que mordisqueaba entre sus labios y la noche de sexo salvaje, hacían que los cuerpos de las gitanas se agitaran al acercarse a él... éste alcanzaba sus narices y soñaban con que las poseyera. Noche a noche... esperaban ser las elegidas. Cuando descubrían que el gitano una vez más elegía a la misma, sus manos en las sombras buscaban sus pliegues, para satisfacer el deseo que las recogía... los gemidos de la gitana elegida... remecían los cuerpos de las demás mujeres del campamento.
    Al amanecer, los golpes del martillo, volvía a erizar la piel de las novatas, las que a escondidas, habrían las telas de las carpas para alcanzar una vez más el aroma a carne viva del gitano. Observaban como el miembro del gitano, tras las telas hajadas, se estremecía a cada movimiento que le imprimía a los golpes en el rojo metal... el que lánguido y suelto, adormecido por las carnes de la gitana, se exhibía orgulloso, con aires de hombría. Su dura y dorada piel, a los ojos de las muchachas, incentivaba las manos de ellas para perderse en sus propias carnes, dedos... que sin pudor buscaban entre las carnes trémulas satisfacer sus deseos, revolcandose entre los cojines excitadas, arqueando sus espaldas... sumidas en gemidos y jadeos incontrolados... luego, la pequeña muerte las envolvía para llevárselas al paraíso del éxtasis.

    La gitana que gozaba de las caricias del gitano, salía de la carpa, y abriendo sus piernas, sentada a horcajadas, se burlaba de las manos de las demás muchachas, exhibiendo con vanidoso orgullo el deseo derramado entre sus piernas... que había satisfecho en horas de luna . Entonces y sólo entonces, los aromas de los amantes se abrazaban para gritar al campamento la palabra Deseo.
    Mientras las demás esperaban ser elegidas algún día. "

    Don Juan De Marco

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    1. Dejo un beso de gitana entre tus deseos insaciables.
      Tus manos quedaran eternamente grabadas.

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